En los últimos meses, el Parque Nacional Bosque Fray Jorge, un oasis de biodiversidad enclavado en la Región de Coquimbo, ha sido testigo de una serie de movimientos telúricos que han captado la atención de expertos y habitantes por igual.
Desde agosto de 2024 hasta marzo de 2025, se han registrado múltiples sismos en las cercanías del parque.
El 11 de agosto de 2024, un temblor de magnitud 4.7 sacudió la zona, con epicentro a apenas 2 kilómetros al noroeste del parque . Meses después, el 17 de noviembre, dos sismos consecutivos de magnitudes 3.7 y 3.5 se sintieron cerca del parque, a profundidades de 34 y 35 kilómetros respectivamente .
La actividad sísmica continuó en enero de 2025, cuando el día 5 un sismo de magnitud 4.0 se registró a 12 kilómetros al noroeste del parque .
Posteriormente, el 23 de enero, otro temblor de magnitud 3.0 ocurrió a 10 kilómetros al suroeste de Fray Jorge . En marzo, el día 14, un sismo de magnitud 3.9 se localizó a 37 kilómetros al noroeste del parque.
Estos eventos, aunque de magnitudes moderadas, han generado inquietud entre la población local. Sin embargo, expertos en geofísica señalan que esta serie de sismos no necesariamente indica la inminencia de un terremoto mayor.
Según el geofísico Donoso, estos movimientos son típicos de la interacción entre las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana, y no hay evidencia que sugiera que sean precursores de un sismo de mayor magnitud .
El Parque Nacional Bosque Fray Jorge, conocido por su singular ecosistema de bosque húmedo en medio de un entorno semiárido, continúa siendo un símbolo de la rica biodiversidad de Chile. A pesar de la actividad sísmica reciente, el parque permanece abierto al público, recordando a los visitantes la importancia de estar preparados y conscientes de la dinámica natural de la región.
Principales terremotos en Coquimbo
Terremoto de 2015: El 16 de septiembre de 2015, un sismo de magnitud 8,3 sacudió la región, con epicentro a 55 km de Illapel. Este evento generó un tsunami con olas de hasta 4,5 metros en Coquimbo, causando la muerte de 15 personas y la destrucción de más de 2.400 viviendas. La zona de ruptura se extendió entre Punta Lengua de Vaca y Los Vilos, con desplazamientos de hasta 9 metros.
Terremoto de noviembre de 2015: El 7 de noviembre de 2015, un sismo de magnitud 7,0 se registró a 17 km al oeste de Punitaqui. Aunque se emitió una alerta de tsunami, esta fue cancelada minutos después al descartarse tal riesgo. El sismo fue percibido en gran parte del país y en algunas zonas de Argentina.
Terremoto de 2019: El 19 de enero de 2019, un sismo de magnitud 6,7 ocurrió frente a las costas de Coquimbo. Este evento causó la muerte de dos personas por infarto, daños estructurales en viviendas y edificios históricos, y cortes de energía que afectaron a más de 200.000 hogares. Se registraron más de 60 réplicas posteriores.
Geología y fallas tectónicas en la región
La actividad sísmica en Coquimbo se debe a la interacción entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana. La placa de Nazca se subduce bajo la placa Sudamericana a una velocidad de aproximadamente 74 mm por año. Esta convergencia es responsable de la formación de la cordillera de los Andes y de la ocurrencia de terremotos en la región.
En particular, la zona entre los 27° y 33° de latitud sur presenta una subducción casi horizontal de la placa de Nazca, lo que genera una alta acoplamiento mecánico entre las placas y, por ende, una mayor acumulación de energía sísmica.
Además, existen fallas corticales activas en la región, como la Falla de El Romeral y la Falla de El Arrayán, que también pueden generar sismos de menor magnitud pero potencialmente destructivos.
La Región de Coquimbo es una zona de alta actividad sísmica debido a su ubicación en el límite convergente entre las placas de Nazca y Sudamericana. Los terremotos de 2015 y 2019 son ejemplos de la energía acumulada y liberada en esta región. La presencia de fallas tectónicas activas y la subducción de la placa de Nazca bajo la Sudamericana hacen que la vigilancia y preparación ante eventos sísmicos sean esenciales para la seguridad de sus habitantes.
El terremoto de Punitaqui del 14 de octubre de 1997 es recordado como uno de los eventos sísmicos más devastadores en la Región de Coquimbo, Chile.
Características del sismo
Fecha y hora: 14 de octubre de 1997, a las 22:03 hora local.
Magnitud: 7,1 en la escala de magnitud de momento (Mw).
Profundidad: 56 km.
Epicentro: Cercano a la comuna de Punitaqui, a 50 km de la costa.
Duración: Aproximadamente 1 minuto y 45 segundos.
Este sismo fue de tipo intraplaca continental, es decir, ocurrió dentro de la placa de Nazca, bajo la zona de acoplamiento con la placa Sudamericana. La región entre los 27° y 33° de latitud sur, donde se encuentra Punitaqui, se caracteriza por una subducción casi horizontal de la placa de Nazca, lo que genera un alto acoplamiento entre las placas y una mayor acumulación de energía sísmica .
Consecuencias y daños
Víctimas: 8 personas fallecidas y 360 heridas.
Damnificados: Más de 59.000 personas afectadas, principalmente en las provincias de Elqui y Limarí.
Viviendas: Más de 5.000 viviendas destruidas y alrededor de 13.000 con daños estructurales.
Infraestructura: Hospitales en Salamanca, Illapel, Ovalle y Andacollo resultaron dañados; se reportaron cortes de energía eléctrica y suspensión del servicio telefónico en la región .
La ciudad de Punitaqui fue una de las más afectadas, con una intensidad de VIII grados en la escala de Mercalli. En La Serena, se registraron desprendimientos de cornisas y quiebre de vidrios en el casco antiguo de la ciudad .
Este terremoto ocurrió en la misma zona de ruptura del sismo de Ovalle de 1943, que tuvo una magnitud de 8,2 Mw. La región ha sido escenario de otros eventos sísmicos significativos, como el terremoto de Valparaíso de 1730 (8,7 Mw) y el de Illapel de 1880 (7,7 Mw). Estos eventos indican una alta actividad sísmica en el segmento comprendido entre las zonas de ruptura de 1965 y 1971 en Aconcagua y 1906 en Valparaíso por el sur, y la ruptura de 1922 en Atacama por el norte .
Lecciones aprendidas
El terremoto de Punitaqui destacó la vulnerabilidad de las construcciones tradicionales de adobe y la importancia de mejorar las normas de construcción sismorresistentes. Además, evidenció la necesidad de una planificación urbana que considere la geología local y la preparación ante desastres naturales.
Este evento sigue siendo un recordatorio de la fuerza de la naturaleza y la importancia de la resiliencia y la preparación en zonas sísmicamente activas como la Región de Coquimbo.
