Por Cristián Brito Villalobos
Se trata de uno de los integrantes de la banda más importante del rock chileno. Hablar de Los Prisioneros es referirse a los representantes de una generación que se bajo el desazón y el miedo, y que, gracias al grupo, vio que eran muchos y muchas quienes compartían esa sensación de pesimismo frente a una sociedad que les cerraba una y otra vez las puertas. Ha pasado mucho tiempo, y hoy los versos de Los Prisioneros cobran sentido nuevamente. Ya vimos cómo durante el estallido social El baile de los que sobran fue el himno por excelencia que enarboló la juventud chilena como catalizador de un cúmulo de frustraciones. Claudio Narea fue uno de los integrantes de la mítica agrupación. Junto a Jorge González y Miguel Tapia conformaron la que es la banda musical chilena más importante de la historia.
En entrevista exclusiva, Claudio Narea nos habla sobre lo que será su presentación en la Feria del Libro de La Serena el próximo 14 de abril, donde presentará la nueva edición de su libro Los Prisioneros. Biografía de una amistad, que es un relato humano acerca de la particular relación de tres amigos que llegaron a ser la banda musical más importante de nuestro país. Esta cuarta edición del año 2021 incluye material inédito del autor, como textos, fotografías a color y dibujos.
¿Cuál es su opinión de la Feria del Libro de La Serena?
“Ya estuve hace unos años, no recuerdo qué año fue, ya que el libro que escribí no es nuevo, sólo que esta es una nueva edición con más capítulos y detalles como fotografías, tiene historietas que hacíamos con Jorge en los años ochenta. Es un libro mucho más completo que el que ya se había publicado. Cuando estuve en la Feria del Libro de La Serena, estuve tocando también. Tengo un buen recuerdo de la feria”.
¿En qué consistirá su presentación y qué es lo nuevo que trae esta edición de su libro?
“Esta es la tercera edición, la primera salió bajo la editorial Norma el 2009. A mí me daba vueltas la idea de publicar un libro ya terminando mi relación con Los Prisioneros el 2003. Cuando fui expulsado de la banda me hicieron una serie de entrevistas para hacer un libro de conversación. Esa información apareció en los medios en 2004 y 2005 pero no fue hasta el 2008 que comencé a escribir, a pesar de que no me creía capaz de escribir un libro. Este tiene cerca de 400 páginas, es bien extenso. Primero salió con el nombre Mi vida como prisionero, y fue descatalogado porque la editorial Norma cerró y a mí nunca me gustó ese título, no era lo que yo quería expresar, entonces, cuando se dio esta posibilidad de volver a publicarlo, esta vez de forma independiente, quise cambiarle el nombre. Por eso se dice que escribí varios libros, pero es sólo uno, sólo son distintas ediciones, pero la misma historia. Yo tengo una sola historia. Entonces el 2014 publiqué la segunda edición con un nuevo nombre Los Prisioneros. Biografía de una amistad, porque para mí la clave de Los Prisioneros y sus canciones tiene que ver con la amistad. Todos tenemos amigos, tenemos una idea respecto a lo que es la amistad y para mí ese era el punto clave. Para algunos pueden ser los éxitos, o la genialidad de Jorge, pero para mí que lo viví desde dentro, la amistad es la fuerza motora de la banda. Entonces me parecía que era importante escribirlo, y además era el único interesado en hacerlo. Cuando te das cuenta de la historia, está claro que los otro no estaban interesados en que se supiera esa historia. Pasa el tiempo y sucedieron muchas cosas. Yo estaba tocando con Miguel y vino la pandemia. Dejamos de tocar y ahora que se reactivó todo no vamos a tocar más con Miguel, entonces escribí un nuevo capítulo sobre la historia con Miguel y estaba en eso cuando apareció una conversación con Jorge que tomó muchos años en concretarse. Él la negó en televisión, pero lo cierto es que ya me había advertido que lo negaría, y eso va en el libro, en el fondo él tomó contacto conmigo, pero no lo reconocería. Es muy loco eso. No sé que rollo tiene con eso, pero para mí es clave ser transparente, sobre todo porque la banda es bien importante y toda esta relación ha sido seguida por la gente. En las conversaciones con Jorge él queda en un buen pie al reconocer muchas de sus acciones en nuestra historia, sus errores, y eso humaniza a la persona, que sea capaz de admitir que se equivocó. Hacíamos historietas en los ochenta, por eso me pareció importante poner parte de estos dibujos para que la gente entendiera cómo era nuestra relación de amistad”.
Claudio, mencionaba que es primera vez que se aboca a una labor literaria, con un libro grueso y extenso en contenido, en ese sentido ¿tiene algún referente literario en especial?, ¿cuáles son sus gustos?
“Leo de todo. Tengo muchos libros, pero hay autores que me gustan mucho como Ryszard Kapuściński, un escritor de historia, de viajes, un polaco que tiene mucha sabiduría que plasma en sus textos. Eso en cuanto historia, que me encanta, también me gusta leer sobre música. Hay escritores que hacen tremendos libros y ensayos, no sólo musicales, sino artísticos. El libro Yeah, Yeah, ¡Yeah!, escrito por Bob Stanley, es un tremendo libro de música. No soy muy lector de poesía, aunque hay cosas que me han gustado. Mi esposa escribe poesía y me muestra poetas como Alejandra Pizarnik, que me gusta mucho. Hay libros que me han impactado mucho como 12 años de esclavitud del que se hizo una película. Solomon Northup, que es histórico, también me ha impactado. Leo sobre el origen de la vida. Hay un libro que se llama Vida, justamente, que escribieron unos científicos chilenos y es muy bonito. Me gustó leer sobre el origen del Universo. Tengo novelas, pero mayoritariamente ensayos sobre arte y música”.
¿Qué le parece lo que se está produciendo musicalmente en Chile?
“Trato de mantenerme al día lo más que se pueda, pero no estoy para nada impresionado o entusiasmado sobre lo que está sucediendo musicalmente. Creo que mucho tiene que ver con poses. Hay artistas interesantes, pero los que más figuran me parecen bastante pobres, no tienen mucho sustento artístico, no digamos musical. Puede ser que uno se vea como que está envejeciendo, entonces no entiendes lo que pasa, y no, uno entiende perfectamente lo que está pasando. Ha perdido calidad la música. Si uno se fija en el música de los años 50 o 60 y años anteriores, 1920 y 1930, o en los 80’ y 90, hay cosas interesantes, que, si lo compraras con lo que pasa ahora, hay mucho abuso de clichés. Si escuchas a artistas más nuevos de la música urbana vas a darte cuenta que son todos bien parecidos. Tratan las mismas temáticas, las mismas melodías y arreglos. Es pobre, y la gente se nutre de eso, los jóvenes se nutren de eso y van perdiendo la capacidad de conocer otras cosas, porque acá en Chile hay una gran penetración de la música urbana, del Trap y Reggaeton. Hay canciones que encuentro interesantes, como Rosalía. Residente me parece tremendo. Calle 13 también, obviamente, pero el grueso no me parece interesante”.
Llevándolo a la contingencia, ¿Cuáles son sus expectativas con el gobierno de Gabriel Boric y la Convención Constitucional?
“Participé de las campañas, me parecía horroroso que pudiera salir Kast, y claro, tengo simpatías por Boric, lo conocí apenas, no tengo mayor contacto con el Gobierno, pero me parece un buen momento lo que está pasando en Chile, pero es un pésimo momento a nivel mundial. La posibilidad de que la torpeza de Putin y del presidente de Ucrania nos lleven a un exterminio está latente, y me parece terrible. Está la posibilidad de que con Boric y la Convención haya un gran avance, pero desde afuera puede venir una corriente que estropee todo lo posible, te digo, estamos ahí. Estoy mirando las noticias con cierto temor, y eso más allá de lo que pase en la Convención, estoy muy pendiente de lo que pasa afuera, y lo de la Convención me parece interesante. Hay cosas que me parecen bien y otras que me dejan perplejo. No todas las noticias son muy claras, y además que a través de las redes se tergiversa bastante. Por ejemplo, lo del aborto, que es una gran noticia para muchas mujeres que se han sentido sometidas por el patriarcado, me parece un gran avance tener la opción de que el aborto esté dentro de la Constitución, pero está todo tergiversado, porque hay gente que echa a correr la noticia de que puedes abortar hasta los nueve meses, lo que me parece absurdo y no es cierto. Hay un tema de libertades que está flaqueando, pero está llena de cosas positivas la Convención”.
¿Cómo cree que será recordado el legado de Los Prisioneros?
“Me cuesta pensar en mucho tiempo más, pero, por ejemplo, El baile de los que sobran aparece el año 86 y era un himno. Era una canción que convocaba y que hacía no sólo que todos cantáramos, sino que también que nos reuniéramos con una idea de desear un país mejor. Es eso. Cuando uno espera que no haya más gente que se quede pateando piedras, y hoy día hay muchos que están así. Ver por ejemplo la delincuencia, la gente que vive en las calles en carpa, la gente que sufre porque la plata no le alcanza para nada porque las cosas suben. Hay mucha gente que la pasa mal y que está afuera de las bondades del sistema, y no verlo es ser ciego. Sí, hay otros países que están peor. Cuando dicen que la izquierda quiere llevarnos a la pobreza, sí, hay experimentos sociales que han fallado en otros países, lo reconozco, pero hay que hacer un ajuste hoy, porque, por ejemplo, el estallido social fue una muestra de que las cosas no han estado bien por más que nos hagan creer que sí. No han estado bien. Hay niveles de desigualdades horribles. A algunos les sobra el dinero y a otros les falta para comer, y no puede ser. Creo que el legado de Los Prisioneros, y que lo puedes ver hasta el día de hoy, al menos en una canción, y hay más, pero esa canción es un himno y seguramente lo seguirá siendo porque hay una cantidad de personas a las que las bondades de este sistema no les llega para nada”.