( Diario LaRegion.cl) Silvia Arqueros dice no poder más de los nervios debido al aumento excesi-
vo en las facturas de luz.Su boleta de septiembre le llegó por 876 mil pesos.
«No tengo ni microondas, así que de dónde sale el gasto…», se queja.
Al drama de vivir prácticamente encerrados por la pandemia, cientos de familias han tenido que lamentar un excesivo aumento en sus cuentas de la luz. Han sido largos meses de angustia. Y bien lo sabe Silvia Arqueros, que a sus 67 años dice ya no poder más con los nervios.
Esto, porque sus facturas en los últimos meses han incrementado excesivamente. Por ejemplo, cuentas de $4 mil a 10 mil pesos, que es lo que más ha pagado, ahora son de casi
900 mil pesos. Mucho, para alguien que vive sola «y que ni siquiera tengo un microondas», se lamenta.
Para reclamar, todo es on line y la gente vive tensiones y frustraciones porque en los números que se marcan o correos electrónicos que se envía nadie contesta o se contesta
con frases-tipo y, simplemente, no hay respuesta.
Su hogar, ubicado en la Nueva Cantera, en Coquimbo, es de propiedad de su hijo mayor, «pero como vive en el norte me tuve que venir para acá en el mes de abril», agrega.
Y cuentan que su pesadilla comenzó cuando dejaron de llegar los recibos de luz, «así que fui a preguntar y les dije: no vaya a ser cosa que después salgan con una sorpresa. Y
así fue, porque de un momento a otro las cuentas a pagar eran de 827 mil, después una de 876 mil pesos. De verdad que estoy enferma de los nervios, pues soy una persona de 67 años y que vive de una pensión del Gobierno…».
La señora Arqueros es emprendedora, pero debido a la pandemia se ha visto afectada en el tema económico, pues sus productos no los ha podido vender.
«Vivo sola y no tengo muchos gastos. Y antes de toda esta situación lo que más pagaba eran cerca de diez mil pesos, pero de un momento a otro me llegan estas boletas y me di cuenta cuando fui a cancelarlas, ya que la señorita que me atendió me contó que debía más de 800 mil pesos. Le reclamé, pero me dijo que es lo que sale en la factura».
Desde entonces, una batalla que ha perdido cada vez que se acerca a reclamar. O más que eso, pedir una explicación.
«Mi pensión es de 140 mil pesos y estos meses han sido terribles. Nunca he sido una persona nerviosa, pero ahora ando con el estómago tomado, además que voy a La Serena a reclamar, gasto plata en locomoción, y me regreso sin respuestas. Donde me di-
cen que vaya a reclamar, voy. Pero hasta el momento no me han entregado ninguna solución. ¡Nada! La última vez, que fue a principio de este mes, me dijeron que lo que debía hacer es llamar a un número de teléfono, donde supuestamente me entre-
garían una solución. Y créame que lo hice, pero llamo, llamo y nadie con-
testa…».
La desesperación de la señora
Arqueros es que «no me entregan ninguna solución de ninguna parte, todo lo contrario. Me hacen llamar, pero tampoco me responden. Me dicen que el reclamo debo hacerlo en La Serena, y lo hice, pero tampoco recibo ningún remedio. ¿Sabe? Si tuviera el di-
nero le juro que voy y pago, pero no tengo los medios y si no me han cortado la luz es solamente por la pandemia. Ahora no tengo idea si hay más vecinos que tienen el mismo problema, pues soy bien quitada de bulla, pero cuando he ido a reclamar me he encontrado con mucha gente que está en la misma problemática».
Reconoce que ha sido a CGE, a Electricidad y Combustible, «también al Sernag, pero en todo lados la respuesta es la misma. Con el agua no tengo problemas porque estoy con el subsidio, pero esto ya es mucho. Insisto. Vivo sola y con mayor razón tengo menos gastos, pues lavo una vez a la semana, la televisión la veo intermitentemente y sólo escucho la
radio, entonces no por eso me pueden llegar cuentas de casi un millón de pesos. No tengo ni microondas, así que de dónde sale el gasto…».