“Hemos demostrado que estamos trabajando bien”, indicó Gallardo a inicios de 2018, al reflexionar sobre su gestión en torno a la puesta en marcha del CESFAM. El alcalde, ya en ese momento sabía que la infraestructura incluso se inundaba tras cada lluvia. La obra se terminó de construir hace 4 años atrás, sin embargo hasta hoy no reúne las condiciones mínimas para su habilitación. De acuerdo a un dirigente del sector, “el CESFAM cuando llueve es una piscina”.
En diciembre de 2012, Minera Los Pelambres firmó un convenio con la Municipalidad de Salamanca, para financiar, entre otras iniciativas, la construcción de un Centro de Salud Familiar para la localidad de Chillepín. En mayo de 2013 la empresa Puerto Principal se adjudicó la obra, por cerca de 2.395 millones de pesos.
Fernando Gallardo asumió la alcaldía de Salamanca en diciembre de 2016, con una serie de obras aparentemente listas para inaugurar. Además del CESFAM de Chillepín, las obras de mejoramiento y soterramiento de Avenida Infante -también ejecutadas por Puerto Principal- estaban en etapa final. Sin embargo, Gallardo se enteraba poco a poco, de las deficiencias técnicas e incluso económicas de las obras legadas por el ex alcalde Gerardo Rojas.
Se entendía, a poco andar, que lo único que faltaba en ese entonces para inaugurar la obra, era su implementación. Debían licitar e instalar el equipamiento de salud. En noviembre de 2017, el intendente Claudio Ibáñez acusó que la nueva administración municipal modificó el proyecto inicial, atrasando los procesos venideros. En ese momento, Ibáñez trató de mentiroso a Gallardo.
“Pequeños detalles”
Pero al parecer, la implementación no era lo único pendiente. Hace más de dos años atrás, en febrero de 2018, el alcalde Gallardo aclaró que el CESFAM de Chillepín mantenía “pequeños detalles”. En esa oportunidad, además, indicaba que la planificación “se ha ido cumpliendo a cabalidad”. Gallardo en esa época, evaluaba positivamente su gestión en torno al tema, “hemos demostrado que estamos trabajando bien” decía.
“Hemos recorrido el edificio, nos hemos encontrado con pequeños detalles en la construcción, pero todo ha marchado a la perfección”, sostuvo el alcalde, en la entrevista con el Diario El Día.
En esa oportunidad, Gallardo comprometía para febrero de 2019 su puesta en marcha. Sin embardo, desde el inicio de la pandemia, los problemas se han hecho más evidentes. Y es claro: en casi 4 años al mando de la Municipalidad, Gallardo no ha logrado sacar adelante el proyecto más importante de la salud primaria en Salamanca.
Los “pequeños detalles” eran en realidad, fallas estructurales. El ex presidente de la Junta de Vecinos de Chillepín, Ismael Maldonado, en entrevista con Radio Illapel, detalló el estado actual de la infraestructura. “El CESFAM fue recepcionado por la Municipalidad sin -me imagino yo- el estudio necesario. El CESFAM cuando llueve es una piscina. No hay ninguna posibilidad de que ese CESFAM funcione en el corto plazo. No sólo por el costo económico que ello significa, sino porque hoy día es impresentable la forma y el estado en que está ese centro de salud”.
Ismael es tajante: “Es imposible que el CESFAM pueda funcionar, hay que hacer un trabajo de fondo, primero repararlo y hacer un estudio que determine cuáles son las fallas estructurales y luego recién ver cómo va a ser el funcionamiento”, indicó en la entrevista.
“Faltó en su momento la conexión con el Ministerio de Salud“
Consultado por El Diario de Salamanca, el Servicio de Salud, a través de su director subrogante Edgardo González, señaló que se mantienen observaciones en materia sanitaria. Esto, incluso al margen de la inundación que sufre en medio de cada lluvia. Y es que, durante la administración de Gerardo Rojas, en el proceso de diseño, no se consideró la evaluación del MINSAL. De acuerdo al representante del Servicio de Salud, el Centro debía responder a una pertinencia técnica que establece el Ministerio de Salud. “Todo el tema de pertinencia técnica en su momento no fue visto por el Ministerio”.
“Para entrar en funcionamiento, se está trabajando en las observaciones a su modelo de gestión, sistema de cobertura y su funcionamiento en general, para lograr luego una autorización sanitaria y también los presupuestos operacionales para que este Centro pueda funcionar. Es una preocupación ver una obra física que está terminada y que no esté en funcionamiento, pero faltó en su momento la conexión con el Ministerio de Salud”.
Las autoridades no establecen plazos aún. “Esperamos tener plazos para poder iniciar el funcionamiento. Aún, todo eso está en proceso”, indicó.
Lo único claro hasta hoy, es que existe un abanico de problemas, muy complejos de resolver. El proyecto se diseñó mal, se construyó mal, y peor aún, tras el término de las obras, se gestionó mal. La infraestructura podría convertirse en el segundo “elefante blanco” de Gallardo, tras el infructuoso proyecto de Liceo Politécnico, emplazado en Chalinga.