Un terremoto de magnitud 7,1 sacudió el sur de California el viernes por la noche, menos de 48 horas después de que otro sismo de menor magnitud golpeara la misma área.
Las autoridades no informaron de fallecidos o heridos graves, pero señalaron que hubo inmuebles colapsados, con grietas y otros incendiados por fugas de gas. Equipos de emergencia y fuerzas de seguridad fueron desplegadas al epicentro de este terremoto, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
En esa misma región, poco poblada en el desierto del Mojave, se registró el jueves de mañana un sismo de magnitud 6,4, hasta ese momento el más fuerte en dos décadas.
Pero el del viernes fue 11 veces más fuerte que el anterior, según el USGS.
El gobernador del estado de California, Gavin Newsom, dijo en un comunicado que solicitó formalmente una declaración de emergencia al presidente Donald Trump para recibir recursos federales “con el fin de apoyar aún más la respuesta de emergencia y la recuperación de las comunidades afectadas”.
Mark Ghilarducci, el director de la Oficina de Servicios de Emergencia del estado, informó de edificios colapsados en la pequeña ciudad de Trona, de unos 2.000 habitantes, y de incendios causados por fugas de gas en la vecina Ridgecrest, de 30.000 y también golpeada por el sismo.
En toda esta región se reportaron cortes de electricidad, agua y líneas de comunicaciones.
Y los expertos pronostican que en las próximas horas pueden registrarse fuertes réplicas.
“Es una secuencia de terremotos, estos terremotos están relacionados”, dijo la sismóloga de la universidad Caltech, Lucy Jones, asegurando que hay posibilidades de que a este sismo le siga uno de magnitud 7 o mayor.
“Como cualquier sismo, el de hoy de magnitud 7,1 tiene 1 probabilidad entre 20 de que le siga algo mayor”, añadió la sismóloga retirada del USGS.
Desde el jueves de mañana, Ridgecrest ha sentido una veintena sismos de magnitud 4 y más de 1.200 réplicas de distintas magnitudes, algunas incluso de más de 5.
“NINGUNA BÚSQUEDA ACTIVA” DE FALLECIDOS
Los servicios de emergencias ya estaban desplegados en la zona por el fenómeno del jueves.
El equipo de respuesta incluye unas 200 fuerzas de seguridad, así como helicópteros y aviones de carga, dijo el general de la Guardia Nacional de California, David Baldwin.
El portavoz del departamento de bomberos de San Bernardino, Jeremy Kern, dijo a CNN que no había “ninguna búsqueda activa en curso” de víctimas atrapadas, mientras que el jefe de bomberos del condado de Kern, David Witt, dijo que se habían señalado “solo heridas menores como cortadas y moretones”.
En Ridgecrest hay una base militar de la Armada estadounidense, la Naval Air Weapons Station China Lake, un amplio espacio desértico donde se prueban bombas y misiles.
“Estaba en el auto con mi madre, y de repente comenzó a temblar. No sentí tanto miedo como el otro cuando estaba dentro” de casa, dijo por su parte Jessica Weston, editora del Ridgecrest Daily Independent, que llegó a escuchar una explosión en un barrio de caravanas.
Jones ha dicho que el terremoto no se produjo a lo largo de la famosa falla de San Andrés, donde los expertos temen un gran terremoto conocido como “The Big One”, que podría causar el caos en Los Ángeles y a lo largo de la costa oeste.
Pero estos movimientos, que se sintieron en Los Ángeles y hasta Las Vegas (Nevada), despertaron el fantasma de que un terremoto potencialmente devastador puede golpear en cualquier momento esta región del país.
En Los Ángeles, la policía y los bomberos no reportaron daños o heridos. El aeropuerto funciona con normalidad.
En redes sociales, usuarios publicaron videos del temblor.