Mario Vargas y María Cañulef, quienes habían planificado su matrimonio en el Registro Civil, concretaron su unión en el Hospital Provincial de Ovalle tras la hospitalización de él. Funcionarios y familiares transformaron la sala en escenario de una emotiva ceremonia.
Lo que estaba pensado como una cita formal en el Registro Civil de Ovalle terminó convirtiéndose en un hito cargado de emoción dentro del Hospital Provincial Dr. Antonio Tirado Lanas. Allí, entre batas blancas, cariño y esfuerzo del personal de salud, Mario Vargas y María Cañulef lograron dar el “sí” tras 10 años de relación, justo en medio del complejo proceso de hospitalización de él por un diagnóstico de cáncer.
“Nosotros teníamos pedida la hora en el Registro Civil, pero no contábamos con que yo iba a estar hospitalizado. Entonces había que aprovecharlo y culminarlo aquí, como tocó”, relató Mario minutos antes de la ceremonia, visiblemente emocionado.
La novia, con lágrimas de felicidad, confesó:
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“Estoy muy feliz de estar ahora casada con el amor de mi vida. En esta etapa más difícil, más nos unimos como pareja. No era lo que esperábamos en el sentido de que él estuviera enfermo, pero fue hermoso. Todo lo que organizaron las funcionarias fue muy lindo, una sorpresa maravillosa”.
La ceremonia, inédita en el recinto, fue organizada por un grupo de enfermeras, TENS, médicos y nutricionistas, quienes transformaron la sala del servicio médico-quirúrgico MQ2 en un espacio íntimo y cálido para la pareja.
La enfermera jefa (s), Sofía García, destacó que este gesto recuerda que la labor del hospital va más allá de lo clínico:
“Como servicio nos conmovió y nos recordó que nuestro trabajo trasciende lo médico, porque también acompañamos desde la humanidad”.
Mientras, la enfermera Jeancimar Flores resaltó el simbolismo de la unión:
“Es bonito que premie el amor en momentos de adversidad. Este es el momento en que más unidos deben estar como familia”.
La ceremonia también contó con testigos, entre ellos la hija de Mario, Ana Vargas, quien expresó: “Lo veo enamorado y contento. Hubiera sido más lindo en otro lugar, pero hay que apoyarlo en todo lo que él quiera”.
Tras firmar el acta matrimonial, María lanzó el tradicional ramo, que fue atrapado por una de las funcionarias del hospital, cerrando la jornada entre aplausos y sonrisas.
El matrimonio de Mario y María quedará en la memoria del hospital como un ejemplo de amor, fortaleza y humanidad, recordando que incluso en los momentos más difíciles, el cariño logra abrir espacio para la esperanza.