El mercado del litio sigue creciendo a pasos agigantados. Con una demanda que sube 20% anual para alimentar principalmente la producción de baterías, los grandes actores enfrentan el desafío de triplicar su producción y hacer frente a presiones medioambientales también en aumento.
Reunidos en Santiago en la 11ª reunión “Lithium Supply&Markets”, los principales productores de litio, analistas y autoridades chilenas resaltaron las potencialidades de un mercado que en los próximos cinco años debería incrementar su producción desde las actuales 300.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (CLE) a un millón.
“Cientos de miles de toneladas de litio deberían ingresar al mercado en los próximos años”, dijo Alberto Salas, presidente de SQM, uno de las principales productoras de litio, al inaugurar la reunión en Santiago.
“La demanda de litio sigue siendo fuerte”, coincidió David Ryan, vicepresidente de estrategias corporativas de la estadounidense Albemarle, otro de los principales actores del mercado.
De la mano del incremento en el consumo de baterías, especialmente para el desarrollo de autos y buses eléctricos, el litio se ha convertido en el nuevo “oro blanco”, con un especial interés de China, que consume hoy más del 50% de la demanda mundial.
Australia lidera la industria, con una producción del 40%, mientras que Chile tambalea en el segundo lugar con un 20% pero seguido de cerca por Argentina, que podría superar pronto su producción.
“Esperamos que el desarrollo de la industria del litio sea una fuente importante de nuevas y mejores oportunidades laborales para todos los chilenos”, dijo el ministro de Minería de Chile, Baldo Prokurica, en la reunión.
Con reservas equivalentes al 57,4% del total, Chile produjo en 2018 unas 96.000 toneladas de CLE. Al año 2023, según estimaciones del Ministerio de Minería, la producción debería más que doblarse para alcanzar las 230.000 toneladas.
Con 18 lagunas salinas y 45 salares -18 de los cuales tienen potencial de ser explotados-, Chile maneja hoy una cartera de proyectos de litio de más de 1.800 millones de dólares. Los más avanzados son dos ya ingresados al sistema de evaluación ambiental para explotar parte del salar de Maricunga -en la región de Atacama-, con una inversión de 877 millones de dólares.
TEMORES POR CHINA
China se mantiene como el principal comprador mundial debido a su creciente industria de baterías y autos eléctricos, y se espera que en el corto plazo siga aumentando su presencia con inversiones en varios países.
Las estimaciones del mercado apuntan a que la venta de automóviles eléctricos se multiplique siete veces al año 2025.
La agresiva apuesta de China genera algunos temores en los países del occidente. El año pasado, la gigante china Tianqi, adquirió el 24% de SQM, en una operación valorada en 4.000 millones de dólares, que generó algunas críticas por el tamaño del negocio.
“El peso que tiene China como consumidor final los lleva a tomar una posición comercial fuerte. Como principal productor de baterías de litio no puede poner en riesgo su industria”, explicó a la AFP el analista de la consultora chilena Plusmining, Juan Carlos Guajardo.
“Queremos cambiar el mundo con el litio”, aseguró la presidenta de Tianqi, Vivian Wu, durante la reunión en Santiago.
CRECER RESPETANDO EL MEDIOAMBIENTE
Pero, además de incrementar su producción, la industria del litio enfrenta el desafío de hacer frente a las cada vez más fuertes demandas sociales, especialmente en Chile, Argentina o Bolivia, donde las comunidades denuncian el fuerte daño ambiental que produciría la extracción de litio.
Hace poco más de dos años se creó el “Observatorio plurinacional de salares andinos” para denunciar, lo que a su juicio, son los graves daños ambientales asociados a esta industria en esta parte del continente.
“El daño ambiental que se está haciendo es enorme”, advierte a la AFP Ramón Balcázar, miembro del observatorio, sobre el crítico escenario de suministro de agua que, aseguró, ha generado la explotación del Salar de Atacama, donde están concentradas las operaciones chilenas.
Balcázar también platea los posibles daños a las poblaciones de plantas y animales de la zona, como los flamencos, y la afectación a las comunidades indígenas aledañas.
La estadounidense Albermarle, que explota la parte sur del Salar de Atacama, firmó recientemente un acuerdo con las comunidades indígenas, que implica financiamiento para proyectos de desarrollo y de generación de energía.
“Para cumplir nuestros compromisos (en materia de sustentabilidad), nosotros trabajamos junto a las comunidades locales”, expuso Ellen Lenny-Pessagno, directora en Chile de Albemarle.