Tras años de depender de camiones aljibe, las familias del sector rural San Carlos de Pan de Azúcar celebran la inauguración de un nuevo sistema de agua potable de emergencia, que garantiza un suministro estable y de calidad, marcando un antes y un después en la vida de esta comunidad coquimbana.

El proyecto fue gestionado por la Delegación Presidencial Regional de Coquimbo y permitirá reemplazar progresivamente la entrega de agua mediante camiones por soluciones más sostenibles y permanentes.
“Vivimos años dependiendo de los camiones aljibe, y ahora abrir la llave y tener agua es maravilloso para nosotros”, expresó emocionado Rodrigo Aros, presidente del Comité Pro Agua “San Carlos de Pan de Azúcar”.
El Delegado Presidencial Regional, Galo Luna, destacó que esta iniciativa “permite ir reemplazando la entrega de agua potable a través de camiones aljibe por soluciones que, si bien son de emergencia, pueden durar mucho tiempo si se administran correctamente. Esto también responde al mandato del Presidente de retener a la gente en el campo”.
El nuevo pozo de 126 metros de profundidad tuvo una inversión total de $40 millones, de los cuales $8 millones fueron aportados por la Delegación Presidencial Regional. Los recursos permitieron la habilitación de la conexión, la implementación del sistema de potabilización y la infraestructura de almacenamiento.
Gracias a este sistema, más de 30 familias reducirán en más del 90% sus gastos mensuales en agua.
“Hoy día van a poder abrir una llave y tener su agüita potable en su domicilio”, comentó Nicol Pizarro, delegada municipal rural Cordillera de Coquimbo.
La obra fue posible gracias al trabajo conjunto entre la comunidad, las autoridades y el sector privado. En este sentido, Paulo Barraza, gerente de gestión comunitaria de Teck Carmen de Andacollo, señaló que “a través de este tipo de inversiones, coordinadas con la Delegación Presidencial, apoyamos la construcción y profundización de pozos, como ya se hizo anteriormente en el sector de Alfalfares”.
El sistema de Pan de Azúcar se suma al primer proyecto de este tipo implementado en Alfalfares, La Serena, beneficiando a más de 40 familias. Ahora, el modelo busca replicarse en otras localidades rurales de la Región de Coquimbo, consolidando una alianza público-privada que promueve soluciones sostenibles frente a la crisis hídrica.