Coquimbo, octubre 2025. – Con tan solo tres días de diferencia, el Hospital de Coquimbo concretó dos donaciones de órganos que permitieron salvar la vida de cuatro pacientes. Los familiares de los donantes y funcionarios del hospital realizaron un pasillo de honor en reconocimiento a la generosidad de quienes decidieron regalar vida.
Los pacientes, de 68 y 55 años, manifestaron en vida su voluntad de ser donantes de órganos y tejidos. Durante el traslado de la Unidad de Cuidados Intensivos al pabellón, los funcionarios detuvieron sus labores para rendirles homenaje, acompañado por sus canciones favoritas y el sonar de cascabeles, en un gesto de respeto y cariño.
“Tuvimos la generosidad de dos familias de respetar la voluntad de su ser querido de donar vida”, explicó Lida Miranda, enfermera jefa de la Unidad de Procuramiento de Órganos y Tejidos del hospital.
Este año ha sido histórico para el centro asistencial, ya que se han concretado 13 donaciones de órganos, beneficiando a más de 53 pacientes. Entre las historias destaca la de un hombre de 68 años, amante del acordeón y cariñoso con sus nietos, cuya hija, Yasna, valoró la donación como “el mejor gesto de amor que podía dar nuestro padre, que nos llena de orgullo y nos entrega paz para sobrellevar su partida”.
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En Chile, solo las personas que fallecen por muerte encefálica pueden ser consideradas donantes, representando apenas un 2% de las defunciones. Mientras tanto, la lista de espera por un trasplante sigue creciendo, lo que hace fundamental conversar sobre la donación en vida.
Como cada año, 12 familias de donantes se reunieron para reflexionar sobre la solidaridad y honrar la memoria de quienes decidieron donar vida. Entre los asistentes destacaron los padres de Renatta Riffo, joven de 18 años que se convirtió en donante en julio del año pasado, quienes anunciaron la creación de una fundación dedicada a promover la concientización sobre la donación de órganos y tejidos.
“Este año el lema fue ‘El amor trasciende en unión’, porque buscamos crear un puente de apoyo entre familias con experiencias similares”, explicó Lida Miranda.
La jornada concluyó con la entrega de arbolitos a los presentes, como símbolo de memoria y esperanza, recordando que los órganos donados se convierten en raíces de nuevos comienzos.