Hospital de Ovalle, 16 de octubre de 2025.– La Unidad de Hemodiálisis del principal centro de salud del Limarí celebró un nuevo aniversario desde su puesta en marcha, consolidándose no solo como un espacio de tratamiento, sino también como un lugar de acompañamiento y contención para pacientes con enfermedades renales crónicas.

El equipo multidisciplinario ha logrado construir vínculos de confianza, respeto y afecto, marcando una diferencia en la calidad de vida de las personas que dependen de este tratamiento.
“Aquí nos dan vida y amor”
A sus 92 años, Pedro Ávila lleva tres años en diálisis y no duda en expresar su agradecimiento. “La recepción de los funcionarios la califico como excelente, nunca había sentido el cariño tan cercano. Yo pensaba en un comienzo que iba a ser un martirio, pero no… estos años se me hacen cortitos porque la amabilidad aquí es impagable”, comentó visiblemente emocionado.
“Nos dan vida, confianza y, más que todo eso, nos dan amor. Ellos entregan un cariño que solo encontré en mis padres y que ahora lo encuentro acá. Esta unidad de diálisis siempre la he considerado como mi segundo hogar”, agregó.
“Para mí es la segunda casa”
Una experiencia similar comparte Violeta Ramos, quien antes debía viajar tres veces por semana hasta La Serena para recibir su tratamiento, hasta que logró un cupo en el hospital ovallino.
“Me trasladaron para acá y estaba muy contenta porque era algo que yo deseaba”, relató. “Una se acostumbra, ya se hace un hábito venir y compartir no sólo con los funcionarios, también con otros pacientes. Para mí es la segunda casa, porque paso más tiempo aquí que en la mía”.
Violeta destacó especialmente el trato recibido: “Desde el doctor hasta quien hace el aseo, todos son muy atentos. Estoy muy agradecida de estar acá”.
Cuatro años de trabajo con sentido
El director técnico y nefrólogo de la unidad, Dr. Norberto Marín, señaló que “es un orgullo trabajar en esta unidad, donde contamos con un equipo profesional excelente y un ambiente laboral muy positivo”.
Asimismo, subrayó que a diferencia de otros centros de diálisis, en el hospital los pacientes reciben cuidados integrales, incluyendo evaluaciones médicas, nutricionales y apoyo psicológico. “Hay pacientes que llevan muchos años dializándose y conocen a su equipo: identifican a sus enfermeras, auxiliares y médicos. Se sienten efectivamente como en familia”, afirmó.
La enfermera jefa de hemodiálisis, Johanna Pizarro, complementó que “es inevitable no tener un vínculo casi familiar con ellos, porque los vemos varias veces a la semana y compartimos mucho más que un tratamiento médico”.
“A veces somos enfermeros y amigos a la vez. Nos cuentan sus problemas, se desahogan, y nosotros tratamos de acompañarlos con cariño”, concluyó.