El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) decretó medidas de emergencia en la zona costera de La Serena y Coquimbo, luego de confirmar la presencia de tres ejemplares de Mosca de la Fruta (Ceratitis capitata) en el perímetro comprendido entre Hortensia Bustamante y Avenida del Mar.
La detección encendió las alarmas y derivó en una campaña intensiva de erradicación, cuyo objetivo es impedir que la plaga se propague. Aunque no afecta a la salud humana ni animal, este insecto es considerado una de las mayores amenazas para la agricultura y las exportaciones frutícolas, con potencial de provocar graves pérdidas económicas, especialmente a pequeños y medianos productores.
La principal recomendación es no trasladar fruta desde ni hacia el sector afectado. El director regional del SAG, Jorge Fernández, recalcó que la cooperación ciudadana será determinante: “Reiteramos el llamado a no mover fruta.
Esta acción, junto con el trabajo de nuestros equipos en terreno, es clave para detener la plaga. Estamos desplegando labores de muestreo, tratamiento de suelos, instalación de trampas, cuarentenas y acciones de difusión”.
Las medidas aplicadas incluyen retiro y destrucción de frutas, tratamiento del suelo para eliminar larvas y pupas, y la colocación de trampas en un radio de 7,2 kilómetros desde los puntos de hallazgo. Dentro de esa franja se estableció cuarentena estricta, que prohíbe movilizar fruta sin autorización oficial.Para mitigar el impacto económico, el Seremi de Agricultura, Christian Álvarez, informó que se activó un seguro de Agroseguros, que entregará $800 por cada kilo de fruta perdida a productores con superficies entre 2 y 50 hectáreas. No será necesario postular, ya que la información será validada directamente por el SAG.Recomendaciones para la comunidad:
No transportar ni regalar frutas frescas cosechadas en el hogar.
Adquirir fruta únicamente en comercios autorizados.Facilitar el trabajo de los inspectores del SAG en los sectores intervenidos.La Mosca de la Fruta deposita sus huevos en el interior del fruto, donde las larvas se desarrollan hasta convertirse en adultos. Si bien su capacidad de vuelo es reducida, el traslado de frutas infestadas puede generar nuevos focos a gran distancia, complicando el control de la plaga.