La figura de la poetisa era controversial en Chile, sobre todo en las décadas
del 40 y 50 del siglo pasado. Tanto así, que tuvo escaso apoyo para recibir el
principal galardón de las letras chilenas.
El 3 de agosto de 1951, cuando gobernaba en Chile Gabriel González Videla, se
anunció que el Premio Nacional de Literatura sería entregado a Gabriela Mistral.
La poetisa había obtenido el Premio Nobel de Literatura seis años antes, en
Suecia. ¿Por qué Chile se demoró tanto en galardonarla?
“Hace rato que cancelé ese tema del Premio Nacional de Literatura. Sé que lo
peor de mi ‘caso’ con Chile es el odio de mi gremio. Y tal vez sea lo que más me
dolió y me duele desde que salí de Chile hasta hoy” decía la poetisa en sus
Cuadernos de Nápoles (1952) compilados por el poeta y académico Jaime
Quezada.
El doctor en Literatura, y coordinador académico de la Escuela de
Humanidades de la Universidad Gabriela Mistral, Claudio Véliz, contextualizó
que “uno de sus críticos era Raúl Silva Castro, una de las voces canónicas de la
literatura nacional, quien no tenía afinidad con el estilo de Gabriela Mistral”. Según
cita “Ojo crítico”, del periodista Cristián Brito, Raúl Silva Castro escribió lo
siguiente sobre Gabriela Mistral en 1935: “(…) Ninguna poesía de la autora nos
parece plausible y toda su obra es, a nuestro modo de ver, un conjunto de
exageraciones, caídas de tono, imágenes oscuras y retorcimiento verbal”.
Por otro lado, la misma Mistral se quejaba de no entender por qué la entonces
mujer de Pablo Neruda, Delia del Carril, no le tenía afecto: “El que tanto Pablo
como su mujer no me quieran, es mi destino chileno. Tampoco me quieren de allá
adentro y el saber esto no me envenena, he acabado por creerlo una orilla de mi
destino y del Destino con mayúscula también”, señalaba la poetisa.
En parte, señaló el académico de la Escuela de Humanidades de la Universidad
Gabriela Mistral, Claudio Véliz, la Premio Nobel “mostraba su lejanía a partidos
políticos, lo que incomodaba a quienes dominaban parte del aparato cultural. En
cambio, era conocida la amistad que tenía con Pedro Aguirre Cerda y,
posteriormente, su simpatía por Eduardo Frei Montalva, de la Falange, origen de
la Democracia Cristiana”.
Gabriela Mistral también tuvo desencuentros con la masonería, que tenía un
espacio en el Ministerio de Educación. Según aseveraba Mistral en sus textos,
Amanda Labarca, egresada del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, le
puso muchas dificultades para ejercer la docencia, dado que la poetisa era
autodidacta. Ello, pese a que Mistral fue invitada a México en 1922 por el ministro
de Educación de México, José Vasconcelos, para colaborar en la reforma
educativa del país. La poetisa había fijado su residencia fuera de Chile, y desde
1938 había estado viviendo en distintas partes del mundo. En 1951, cuando le
asignaron el Premio Nacional de Literatura, Mistral estaba residiendo en Rapallo,
Italia, después de haber sido destinada allí para ocupar el consulado de Chile.
A pesar de este premio, Mistral no regresó a nuestro país para recibirlo, sino que
destinó los recursos de esta distinción a los niños que vivían en el valle de Elqui.
Finalmente, la poetisa volvió a Chile por última vez en 1954, invitada por el
Gobierno de Carlos Ibáñez del Campo. Según consigna el Museo Gabriela Mistral
de Vicuña, se le rindió un homenaje oficial y le habló al pueblo chileno desde los
balcones del Palacio de La Moneda. La gira de Mistral incluyó una visita a sus
lugares de infancia en Montegrande y el Valle del Elqui. El alcalde de la comuna
de Vicuña, Guillermo Reyes Ugarte, la nombró Hija Predilecta de la ciudad. El 10
de septiembre, la poetisa recibió el título de Doctor Honoris Causa de la
Universidad de Chile, siendo la primera persona en recibir esa distinción.
Mistral regresó a Estados Unidos, donde falleció en Nueva York el 10 de enero de
- Sus restos fueron repatriados ese mismo año y desde 1960, descansa en
paz en Montegrande.