Cuatro casos de tuberculosis en el Centro Penitenciario de Huachalalume han encendido las alarmas, generando un cruce de declaraciones entre la autoridad sanitaria y los representantes de los funcionarios de Gendarmería. Mientras el Seremi de Salud, Darío Vásquez, asegura que la situación está bajo control, la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (ANFUP) denuncia falta de claridad y abandono.
Según el Seremi Vásquez, los cuatro internos diagnosticados con tuberculosis fueron rápidamente identificados, aislados y están recibiendo tratamiento en buenas condiciones de salud. Destacó un testeo masivo a 589 personas para cortar la cadena de contagio y proteger a la población penal. Vásquez enfatizó la coordinación entre diversas instituciones, incluyendo la Delegación Presidencial Regional, la Seremi de Justicia, Gendarmería y el Servicio de Salud, mencionando una visita al recinto el 10 de junio para revisar el cumplimiento de las medidas de detección precoz. El llamado a la tranquilidad por parte del Seremi busca calmar a las familias, asegurando que la situación se aborda con “rigurosidad técnica y sanitaria”.
Asimismo, el Servicio de Salud Coquimbo informó sobre operativos de test de tuberculina en otros centros penitenciarios de la región (Illapel, Ovalle y La Serena), donde se detectaron dos de los cuatro casos de Huachalalume. Estos operativos incluyeron charlas educativas para funcionarios, personal de aseo y docentes.
Sin embargo, la visión desde el interior del penal dista mucho de la calma que intenta transmitir la autoridad. Jokan Garrido, presidente de la ANFUP Provincial Elqui, desmintió categóricamente las declaraciones del Seremi de Salud. “Desmiento categóricamente lo que señala el señor Seremi. Hasta el momento, no hemos visto a la Seremi de Salud acercarse a los funcionarios, a los internos y mucho menos a los familiares de las personas que están privadas de libertad”, afirmó Garrido.
El dirigente denunció la falta de protocolos claros para los funcionarios o internos que resultan positivos, mencionando específicamente la ausencia de indicaciones sobre procedimientos como la radiografía de tórax. Garrido relató una reunión reciente con la Dirección Regional y la encargada de Salud de Gendarmería, donde se constató la “prácticamente nula” existencia de procedimientos, lo que deja a los funcionarios con la “incertidumbre de que podamos estar contagiados o contagiar a nuestras familias”.
La crítica de Garrido se extendió incluso al conocimiento del propio Seremi de Salud: “No sé quién es el Seremi, no lo ubico. No he conversado nunca con él, no lo he visto hablar con los funcionarios ni tampoco a la Seremi realizando una inducción con respecto a esta enfermedad”. El presidente de la ANFUP Provincial Elqui concluyó de forma tajante: “sí, soy responsable y falta a la verdad”, refiriéndose a las declaraciones de Darío Vásquez. Así lo dio a conocer a MRTV.
La dicotomía entre el mensaje oficial de control y la percepción de abandono por parte de quienes trabajan en el Centro Penitenciario de Huachalalume plantea serias interrogantes sobre la efectividad de las medidas sanitarias y la comunicación con el personal clave. ¿Se están tomando realmente todas las precauciones necesarias o existe una brecha entre lo que se dice y lo que se vive en el día a día del recinto penal?
