La ya tensa previa del crucial encuentro entre Colo Colo y Fortaleza por la Copa Libertadores se vio empañada por un incidente insólito y de graves consecuencias, protagonizado por un grupo de hinchas del “Cacique” que viajaron hasta Brasil pese a la sanción impuesta por Conmebol. Lejos de alentar de forma pacífica, su comportamiento terminó hiriendo a un jugador del plantel albo y sumiendo en la incertidumbre la participación de un elemento clave para el trascendental duelo.
Tras los reportes de desórdenes públicos en su llegada al estado de Ceará y la confirmación del robo de fuegos artificiales, cuyo destino era el “hotelazo” de apoyo al equipo durante la noche del lunes, la situación escaló a un nivel alarmante. Un grupo significativo de simpatizantes se congregó en las inmediaciones del hotel donde concentra la delegación de Colo Colo y procedió a lanzar una serie de artefactos pirotécnicos, previamente sustraídos de un local en el barrio de Aerolandia.
La irresponsabilidad de estos individuos tuvo un impacto directo y perjudicial en el plantel. Según informó Radio ADN, uno de los fuegos artificiales explotó peligrosamente cerca de los futbolistas, y las esquirlas alcanzaron al defensor uruguayo Alan Saldivia. El incidente generó alarma inmediata, obligando al ingreso apresurado de los jugadores al hotel y dejando en duda la condición física de Saldivia para el vital compromiso ante Fortaleza.
Este hecho condenable se suma a la prohibición de público de Colo Colo en el estadio, sanción impuesta por Conmebol debido a los graves incidentes ocurridos en Santiago en partidos anteriores. La presencia masiva de hinchas en Brasil, desoyendo la sanción y generando una fuerte presencia policial en la ciudad, ya era motivo de preocupación. Ahora, este “apoyo” desmedido y violento ha tenido consecuencias directas en el equipo, poniendo en riesgo su desempeño deportivo.
La ironía de la situación no pasa desapercibida: quienes dicen ser los más fervientes seguidores de Colo Colo terminan perjudicando directamente al club y a sus jugadores con actos de vandalismo y una demostración de “apoyo” que raya en la agresión. Este incidente no solo empaña la imagen de la hinchada alba, sino que también genera una profunda preocupación en el cuerpo técnico y la dirigencia de cara a un partido crucial para las aspiraciones del equipo en la Copa Libertadores. La interrogante ahora es si Alan Saldivia podrá recuperarse a tiempo y cuál será el costo de la irresponsabilidad de unos pocos para el futuro deportivo de Colo Colo en el torneo continental.