Durante el gobierno del General Carlos Ibáñez del Campo, y
mediante el Decreto Supremo 1167 de fecha 21 de marzo de
1930, las armas aéreas del Ejército y de la Armada se
fusionaron para formar la Fuerza Aérea Nacional, creándose la
subsecretaría de Aviación, organismo independiente de la
Defensa Nacional.
La misión de la institución es la de defender a la República
de Chile por medio del control y explotación del espacio
aéreo, participando en la batalla de superficie y apoyando
fuerzas propias y amigas, con el propósito de contribuir a
los objetivos estratégicos que la política nacional le fija a
las Fuerzas Armadas.
De esta manera, se estableció, en aquel entonces, una
correspondencia entre el medio en que las instituciones
castrenses operaban y el arma apropiada para cada una:
tierra, mar y aire; Ejército, Armada y Fuerza Aérea. El
Comodoro Arturo Merino Benítez fue el primer Subsecretario de
Aviación y el Primer Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de
Chile.
Posteriormente, fue rebautizada con el nombre de “Fuerza
Aérea de Chile” (FACH), a la cual se le dio un grado tal de
independencia que se transformó en la fuerza aérea
latinoamericana más eficiente de la época. Se constituyó en
el cuarto país en el mundo, luego de Inglaterra, Francia e
Italia, en unificar los servicios de aviación dependientes de
los ministerios de Guerra y Marina.
Sin embargo, la historia se remonta a 19 años antes, cuando a
principios de 1911 el Gobierno de Ramón Barros Luco, inició
los primeros pasos para la formación de un Servicio Aéreo,
enviando a Francia a dos oficiales del Ejército para ser
instruidos como aviadores, con el fin de establecer
posteriormente en Chile un Servicio de aviación similar al
francés. Estos oficiales fueron los Tenientes Manuel Ávalos
Prado y Eduardo Molina Lavín.
Dos años más tarde, el 11 de febrero de 1913 se dictó el
Decreto Supremo, por medio del cual se creó en Chile la
Escuela de Aeronáutica Militar, instituto que tuvo por misión
instruir oficiales y suboficiales como pilotos aviadores,
pilotos mecánicos y pilotos aerostáticos para el servicio del
Ejército, siendo su primer Director el Capitán Ávalos.
En abril, se realizó el primer curso de vuelo de la Escuela,
ubicada en los campos de Lo Espejo, actual Base Aérea El
Bosque. Al año siguiente, en marzo de 1914, en este mismo
curso se debió lamentar la desaparición del aspirante a
piloto, Teniente Alejandro Bello Silva y de su avión un
Sánchez-Besa de 80 HP.
Posteriormente, el 12 de diciembre de 1918, el Teniente
Dagoberto Godoy Fuentealba, inscribió su nombre en las
páginas de oro de la aviación mundial, al cruzar por primera
vez la Cordillera de Los Andes a bordo de un Bristol M1C,
uniendo Santiago con Mendoza, atravesando el macizo andino a
una altura de 6 mil 300 metros, llevando un saludo del pueblo
de Chile al pueblo argentino.
A partir de Julio de 1926, el Coronel de Artillería del
Ejército Arturo Merino Benítez, inició la labor de
preparación para la unificación de los servicios de aviación
del Ejército y la Armada en una rama independiente de la
defensa nacional.
Desde ese año hasta 1928, se crearon los Grupos Mixtos de
Aviación Nº1 y Nº3, los que quedaron finalmente asentados en
Los Cóndores -Iquique- y Maquehue -Temuco. Asimismo, en 1928
se creó en Puerto Montt la Escuadrilla de Anfibios Nº1,
actual Grupo de Aviación Nº5.
Desde 1930 se realizaron cursos para mecánicos en la
Maestranza Central de Aviación, ubicada en El Bosque. El
éxito de estos cursos impulsó a la creación de la Escuela de
Mecánicos el año 1935, que posteriormente pasó a llamarse
Escuela de Especialidades.
En 1941, el gobierno de Chile dictó un Decreto Supremo que
dispuso la organización de un curso de cadetes pilotos en la
Escuela de Aviación, cuyos excelentes resultados permitieron
que ese plantel, en 1944 tomara el nombre de su primer
Director el Capitán Ávalos. Desde ese momento este
establecimiento recluta, instruye y gradúa a sus propios
oficiales.
Una de las hazañas dignas de mencionar, entre otras, fue la
llegada por primera vez a isla de Pascua o Rapa Nui el 20 de
enero de 1951, en un avión Catalina 504, abriendo así las
rutas aéreas chilenas hacia Oceanía, las que hoy son de uso
cotidiano.
Al año siguiente, el 12 de marzo de 1952, la FACH inauguró su
primera base antártica: “Presidente Gabriel González Videla”,
nombre que recuerda al mandatario chileno, quien fue el
primero en su condición en el ámbito mundial en poner pie en
el continente blanco. Tres años más tarde, inició sus
funciones una segunda base, bautizada con el nombre de “Pedro
Aguirre Cerda”.
Posteriormente, el 21 y 22 de mayo de 1960, la Institución
brindó una gran ayuda a los damnificados de dos sismos de
inusitada violencia en la zona sur de Chile, dando origen al
más grande puente aéreo en época de paz hasta entonces
conocido.
También es bueno recordar la travesía denominada Operación
“Atlante”, un suceso de carácter internacional, por ser la
primera vez que aviones monomotores de combate cruzaron en
vuelo el Atlántico Sur. Así fue que el 26 de enero de 1974,
llegaron en vuelo al país una bandada de tres aviones Hawker
Hunter provenientes de Inglaterra.
Cinco años más tarde, el 1 de noviembre de 1979, un avión
C-130 “Hércules” de dotación del Grupo de Aviación Nº10 cruzó
el Círculo Polar antártico a 65º de latitud sur. Esta fue la
primera vez en la historia que una aeronave institucional
llegó a un lugar tan apartado del continente.
En 1980, se creó la muestra aeronáutica más importante de
América: la Feria Internacional del Aire (FIDA), denominada
más tarde FIDAE, con el componente “Espacio”, demostración
palpable de la capacidad de organización de la Fuerza Aérea
de Chile, cuyo éxito nacional e internacional ha sobrepasado
todas las expectativas.
Ese mismo año, el 21 de marzo, se inauguró la base antártica
“Teniente Rodolfo Marsh Martín”, donde se instaló un año más
tarde, Villa “Las Estrellas”, poblado que alberga en
territorio antártico a integrantes de la Institución y sus
grupos familiares.
En 1981, en el marco de la Operación Estrella Polar, dos
DHC-6 Twin Otter institucionales llegaron hasta el Polo Sur y
así Chile quedó unido de un extremo al otro por las alas de
la Fuerza Aérea. También ese año se creó la Escuadrilla de
Alta Acrobacia “Halcones”, con el propósito de instituir un
vínculo entre la Institución y la ciudadanía.
En 1984, se creó la Empresa Nacional de Aeronáutica (ENAER),
a través de esta industria se generó la construcción de
aviones de instrucción T-35 Pillán y la modernización de
aeronaves de la Fuerza Aérea de Chile.
En mayo de 1991, la Organización de Naciones Unidas (O.N.U.)
solicitó a nuestro Gobierno la participación de la
Institución en tareas de enlace y patrullaje aéreo en la
frontera entre Irak y Kuwait, una vez finalizada la “Guerra
del Golfo Pérsico”. Seis helicópteros UH-1H y 50 hombres
permanecieron por espacio de un año y tres meses en la zona,
con la responsabilidad de representar a nuestro país en la
difícil misión de ayudar al mantenimiento de la paz en ese
lugar de oriente.
En 1996, se gestó la primera expedición a la zona de Campo de
Hielo Sur, donde se instaló un campamento que permitió el
entrenamiento de las tripulaciones aéreas y un gran avance en
la investigación científica.
Ese mismo año, la O.N.U. solicitó nuevamente la participación
de la Fuerza Aérea de Chile en una misión de paz, esta vez en
el traslado de observadores internacionales en el sector del
medio oriente. Producto de ello se trasladó una agrupación de
Oficiales y Personal del Cuadro Permanente más una dotación
de helicópteros UH-1H a Irak, con el fin de apoyar a las
Naciones Unidas en su lucha por la mantención de la paz en
esa conflictiva zona.
El 28 de enero de 1999, se logró concretar una de las más
grandes travesías en el territorio antártico, cuando por
primera vez en la historia, un helicóptero institucional
llegó al Polo Sur, el que descendió en la superficie de la
base Amundsen-Scott.
En diciembre de ese año, se instaló la estación Polar
“Teniente Parodi”, en Patriot Hills, con el propósito de
establecer un campamento permanente, de manera de apoyar las
expediciones científicas.
La Institución se insertó en el nuevo milenio con la
incorporación de la mujer en el año 2000, en todos sus
escalafones de línea.
Chile está unido totalmente por el aire y su Fuerza Aérea
puede operar en cualquier latitud de su territorio, sea en el
árido desierto nortino, los campos de hielo australes, el
macizo andino, las soledades antárticas, sobre el océano
Pacífico o en nuestros territorios insulares.