La renovada caleta que los pescadores de Tongoy recibieron en agosto de 2017 dio un fuerte impulso a la actividad de las cuatro agrupaciones que allí trabajan. El extenso muelle, los boxes, frentes de atraques, mirador y otras obras que ha complementado la actual administración del recinto facilitan las labores de las cerca de 900 personas que allí se desempeñan y abrieron nuevas posibilidades para ellos.
De forma inesperada –y gracias también al remodelado paseo costero junto a la playa grande– se generó un atractivo que durante los fines de semana y especialmente en verano llama a varios miles de turistas. Por ejemplo, en la temporada estival 2019 solo a la caleta ingresaron más de 11 mil vehículos.
Es así que Luis Álvarez, presidente del directorio de ese recinto, no dejó pasar la oportunidad y es un fiel motivador de este foco turístico. Para ello, en los últimos años se potenció el recorrido en lancha por la “ruta del ostión”, se instalaron juegos inflables en el mar, se trabajó con los propietarios de los 7 restaurantes que hay en el recinto para ofrecer productos de alta calidad y se están organizando una serie de actividades que fomenten la cultura y el deporte.
La gestión en turismo ha sido exitosa, al punto que desde antes de Navidad el flujo de personas no baja. Algo que sorprendió a los pescadores, quienes esperaban una merma en las visitas producto de la crisis social del país.
“Estamos en una alianza con la Cámara de Turismo y el municipio de Coquimbo para traer cultura y deporte. Queremos hacer un par de corridas, un festival de jazz, tener una feria del libro los fines de semana. Estamos soñando varias ideas”, dice Álvarez, quien además preside la asociación gremial 216-4.
Y los visitantes notan este énfasis. “Es claro el antes y el después desde que se entregó esta caleta. He venido durante muchos años a Tongoy y antes este sector no era tan limpio y ocurrían algunas cosas molestas para quien venía a comprar pescado. Hoy todo funciona correctamente, se nota orden y organización”, comenta Luis Barahona, habitual veraneante en Tongoy. “Hay una infraestructura excelente, pero también se nota que le han sacado mucho provecho”, añade la talquina Erica Gómez.
Los hombres de mar han comprendido que mediante la diversificación pueden lograr mayores ingresos y hacer sustentable la explotación de los recursos marinos, sobre todo en una época en que escasean. Aparte de la extracción de pescados y mariscos, con su producto estrella, el ostión; varios se han capacitado en otras materias que les permiten administrar mejor sus emprendimientos. “Todo para que el visitante cuando venga para acá se lleve una muy buen impresión de la caleta y de toda esta enorme comunidad que está detrás y que busca levantar nuevamente el turismo en el pueblo”, agrega Álvarez.
“Entendemos el turismo como una actividad esencial. Nos hemos preparado para entregar una buena atención. Es lo que vemos para el futuro, un turismo sustentable”, dice uno de los locatarios de los siete restaurantes internacionales que posee la Caleta.
Turismo internacional
Las gestiones de los últimos dos años han tenido resultados palpables. Pero la ambición de la caleta es aún mayor: impactar en el turismo de cruceros. De hecho, ya se sostuvieron algunas conversaciones con el municipio de Coquimbo, para que esta pueda interceder y facilitar que este tipo de embarcaciones –a veces con varios cientos de turistas internacionales a bordo- pueda detenerse en aguas tongoyinas y desembarcar en lanchas a aquellos que quieran visitar los cultivos de ostión, degustar los productos que se ofrecen en los restaurantes, visitar los humedales costeros o conocer el pasado minero de esta Caleta.
“Queremos extendernos hacia el extranjero. No nos gusta el asistencialismo. Aquí tenemos que gestionar para poder obtener cosas y en esa premisa estamos como directorio. Pensando que unos 5 o 10 años de tener cruceros aquí o que movilicemos por tierra desde Coquimbo a Tongoy personas de Canadá o Estados Unidos, para que a su vez ellos comenten en sus países sobre nuestro pueblo”, finaliza con esperanza el dirigente de la Caleta.