( Biobio.cl ) La Superintendencia de Servicios Sanitarios descartó un riesgo de contaminación por los niveles de arsénico en el agua potable que abastece al norte del país, y aseguró que cumplen con la normativa internacional.
Un informe del Banco Mundial reveló que al menos 83 localidades estarían al límite de la norma recomendada por la Organización Mundial de la Salud, lo que podría impactar en el crecimiento económico.
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Con un análisis de la calidad del agua en 72 países al rededor del mundo, un informe del Banco Mundial concluyó que las altas concentraciones de arsénico en el agua potable que abastece principalmente al norte del país, estarían al borde de sobrepasar la norma recomendada por la Organización Mundial de la Salud, en 83 localidades.
El organismo advierte que la situación, agudizada por la escasez hídrica que vive la zona central del país, podría derivar en consecuencias económicas, impactando en la producción agrícola, minera y en el bienestar de la población.
Sin embargo, la Superintendencia de Servicios Sanitarios explicó que si bien los factores climáticos han deteriorado las fuentes de abastecimiento, hoy no existe riesgo de contaminación.
El encargado de calidad del agua del organismo, Christian Maurer, detalló que hubo un proceso para adaptar las plantas de tratamiento a la normativa exigida, conforme a los plazos establecidos.
El vocero del movimiento ambiental MODATIMA, Rodrigo Mundaca, aseguró que con el actual sistema de aprovechamiento el estado del agua sin duda impactará a varios sectores productivos.
A su vez, el académico del departamento de gestión agraria de la Usach, Luis Sáez, señaló que el arsénico en el agua que luego se usa para regar termina por concentrarse aún más, tanto en el forraje con que se alimenta al ganado, como en los vegetales de consumo humano, que podrían ver disminuido su consumo.
El doctor Hugo Benítez, secretario regional del Colegio Médico en Antofagasta, sostuvo que la Superintendencia debe aumentar su fiscalización para garantizar que no se superen los límites, como ocurrió en años anteriores.
Según el informe, entre otros impactos, un nivel de arsénico por sobre la norma aumenta en un 30% el uso de los hospitales, y reduce hasta dos horas la productividad de los trabajadores.