Bravo ya dejó atrás su larga recuperación del tendón de aquiles, y este domingo se exhibió en una de sus facetas favoritas. Luego que el partido terminara igualado 1-1 en el tiempo reglamentario, el nacional le tapó un disparo penal a Wijnaldum en la definición, que terminó siendo decisivo.
Ya en los 90 minutos, el arquero chileno fue una de las grandes estrellas de la parte, y mostró un alto nivel, que entusiasma a Guardiola. En total, fue capaz de intervenir de forma exitosa ocho de los nueve disparo a puertas que realizó el Liverpool en el partido.
El City comenzó el partido como nos ha acostumbrado. Privilegio la posesión la pelota, las líneas bien agrupadas, y tomó el control del juego ante un Liverpool que se veía incómodo, y lleno de interrogantes. El gol de Raheem Sterling a los once minutos acentuó esa sensación.
Luego eso sí vino el despertar de Liverpool, y junto a ello, el buen momento de Bravo, capaz de repeler todos los intentos. Un disparo de Firmino, otro de Salah, y un intento de Van Dijk no lograron romper el cero para el chileno, que estuvo cerca de la hazaña.