El sábado sostuvieron una reunión en un céntrico restaurante de la calle Independencia con José Osorio presidente de la Asociación chilena de barrios y zonas patrimoniales para informarse de las herramientas legales que existen para avanzar en ese sentido.
Es que, nos explicó uno de los convocantes, están preocupados de ver como cada semana desaparece una edificio de distintos barrios del casco histórico de la ciudad, sin que nadie haga algo por impedirlo.
“Algunos han sido demolidos porque eran un peligro por su mal estado, pero hay otros que estaban en buen estado y perfectamente podían haber sido recuperados los derribaron igual”, nos señala.
Uno de los barrios que aun conserva razonablemente intacta su estructura urbanística, con edificios de fines del siglo XIX, construidos con adobe tendido y de fachadas de línea continua que daban una característica especial a la ciudad.
“Pero eso se ha ido perdiendo y en su lugar han aparecido decenas de playas de estacionamiento o bien han construido galpones que no tienen valor arquitectónico para arrendarlos para instalar un negocio, y que han ido haciendo perder la identidad a la ciudad”, añade.
Es por eso, que a través del Diputado Daniel Núñez, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara, fue invitado José Osorio presidente de la Asociación chilena de barrios y zonas patrimoniales, el que en uno de los salones del restaurante El Ancla del sector Mercado, se reunió con dirigentes y vecinos de distintos sectores del centro de la ciudad para darles a conocer las herramientas legales existentes para la protección del patrimonio urbano.
También intervino el diputado Núñez, quien comprometió el apoyo a los vecinos para continuar trabajando en ese sentido
El objetivo , señalaron los participantes es resguardar el patrimonio arquitectónico de la ciudad y evitar que otros edificios antiguos sigan desapareciendo. Un interés específico de los vecinos, por ejemplo, es el edificio de calle Independencia donde en la actualidad funciona el Club de Boxeo y que en alguna oportunidad fue ocupado por la Biblioteca Pública y el Museo del Limarí. Afirmaron que no obstante su deteriorado aspecto, sus muros están en buenas condiciones y aún puede ser restaurado para continuar prestando servicios a la comunidad.